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Hecho maldición por nosotros.-
En la carta a los Gálatas que escribió el apóstol Pablo, nosotros leemos que el Señor Jesús fue hecho maldición por nosotros; eso está en el capítulo 3, verso 13; dice: “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición, por que está escrito: maldito todo el que es colgado en un madero”; note que cosa tremenda: también la cruz del Señor Jesús encaró el problema de la maldición sobre los hombres por la desobediencia a la ley; se le llama: “la maldición de la ley”; la ley declaraba maldito a los transgresores de la ley; pero el Señor Jesucristo, al morir por nosotros, llevó también nuestra maldición; la maldición de la ley fue concluida en la muerte del Señor Jesucristo.
El estaba siendo juzgado como si El fuese un maldito en lugar de nosotros; El fue hecho pecado por nosotros, y también fue hecho maldición por nosotros. ¡Qué cosa tremenda! ¡qué cosa gloriosa! Es el monto de las riquezas de la gracia de Dios para con nosotros en la cruz del Señor Jesucristo.
Una maldición es algo terrible; si nosotros nos ponemos a meditar en lo que significa una maldición, vamos a comprender; quizás un poquito más, lo que el Señor hizo en la cruz del calvario. El sufrimiento del Señor no fue solamente algo físico; recordemos que el Señor dijo: “mi alma está muy triste hasta la muerte”; y luego, allá en la cruz, pendiendo allí del madero, El dijo: “Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”. Mientras nosotros tengamos esperanza aquí en la tierra, es algo glorioso; pero que cosa terrible es cuando el último tribunal de apelación, Dios mismo, pronuncie una maldición; porque sucederá, porque escrito está que El dirá: “Apartaos de mí malditos al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles”; no fue preparado para los hombres; pero, puesto que los hombres quisieron seguir a Satán, pues lo siguieron hasta el infierno.
Pues miren esto: esa declaración: malditos, apartaos de mí, malditos, esa es la cosa más horrenda que puede acontecer; esa es la maldición que está reservada a los hombres que se apartan de Dios, y que escogen seguir a Satán en su destino; pero que cosa gloriosa es que el Señor halla sido hecho maldición por nosotros; que la maldición de la ley halla caído sobre el Señor Jesús en la cruz del calvario, y que El halla sido abandonado por Dios en la cruz del calvario, para que nosotros, en virtud de Su sacrificio, no seamos abandonados por Dios, sino que seamos perdonados, y que la maldición se convierta en bendición; así que, el que Cristo halla sido hecho maldición por nosotros, es también una obra gloriosa de Dios, de la gracia de Dios en la cruz del Señor Jesucristo para todos nosotros.
Continuaremos examinando, Dios mediante, las provisiones de la cruz para nosotros.
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