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Nuestro disfrute.-
Unos de los Salmos nos dice: "No hay para mí bien fuera de ti, Señor".
El Señor debe ser el centro de nuestro corazón; eso es lo que nos conviene a nosotros; eso es lo que el Señor nos mandó primero. Aunque ahora no estamos bajo la ley, sin embargo, la ley nos refleja lo que el Señor decía en Su corazón que nos convenía; lo primero que El mandó es: "Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu mente, con todas tus fuerzas; y en segundo lugar, a tu prójimo como a ti mismo." Aquí vemos, pues, a Dios y al hombre ¿amén? .
Ahora, Dios tiene que ser, pues, para nosotros, el centro de nuestra vida, el centro de nuestra búsqueda; y debemos conocer a Dios, y no solamente conocerlo de una manera mental, solo teológica, aunque esa es una parte también necesaria; pero debemos conocerlo de una manera vivencial y espiritual.
Nuestro ser humano tiene tres partes: espíritu, alma y cuerpo; Dios quiere que le amemos también con nuestra mente; de manera que nuestra mente debe comprender a Dios, debe pensar correctamente acerca de Dios; pero no solamente debe quedarse en nuestro conocimiento acerca de Dios en la mente; debemos conocer a Dios mismo con el espíritu; y colaborar con Dios para que la vida de Dios, que llega a morar en nuestro espíritu desde el momento de la regeneración, vaya también tomando nuestra alma, vaya convirtiendo nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, vaya fortaleciendo nuestra voluntad para colaborar con Dios en este casamiento precioso que El quiere tener con el ser humano, y que se consumará en la Nueva Jerusalén de Dios.
De manera, hermanos, que debemos considerar a Dios, lo que Dios es; primeramente lo que El es para sí mismo, y lo que El es para nosotros también; lo que El es en sí, y lo que El significa para sus criaturas; y entre sus criaturas, principalmente para nosotros los seres humanos, y para la Iglesia, corporativamente; principalmente como la esposa escogida para casarse con el Señor eternamente.
Entonces, hermanos, debemos ver la esencia de Dios, la naturaleza de Dios, cómo subsisten en la esencia única y en la naturaleza única de Dios tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; Quién es el Padre, Quién es el Hijo, Quién es el Espíritu Santo; qué relación tiene el Padre con el Hijo y con el Espíritu; Quién es Dios en Sí mismo, y qué atributos tiene.
Ahora bien, todas estas cosas, como decía, no son para tenerlas solamente como un programa teológico guardado en un anaquel de una biblioteca; Dios quiere ser disfrutado por el hombre. Cuando nosotros aplicamos nuestra mente y nuestro corazón para estudiar teología, debemos acordarnos de que la intención de Dios no es que solamente nos quedemos con la teología, sino que disfrutemos a Dios. Dios siempre se nos ha presentado como Alguien para disfrutar. Es importante comprender que Dios es disfrutable; debemos conocer y amar a Dios, y disfrutarlo.
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