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Colofón.-
Las piedras vivas, que son los santos redimidos, constituyen el material de la Casa espiritual de Dios, que es la edificación que el Hijo de David le hace al Padre.
A su vez, la Iglesia, que es el cuerpo de Cristo, en su sentido más universal, y que debe expresarse en cada población, como un candelero para iluminar la ciudad con la luz de Dios, que es Cristo, la Iglesia, pues, es la base para el reino de Dios. Así que a la eclesiología le sigue la escatología, que es la que detalla el futuro del propósito eterno de Dios.
La edificación de Dios, tiene, pues, ese sentido perenne. Todos los asuntos de la Palabra de Dios, se reúnen como capítulos de Un solo consejo divino, y un solo buen depósito, que edifican y encaminan la edificación de la economía divina de la plenitud de los tiempos.
Esta breve panorámica resumidísima introductoria a la edificación, que constituye esta serie, busca simplemente animar a entrar por esta amplia puerta. No se pretende abarcarlo todo, sino simplemente convidar a mirar por la ventana, para que todo aquel que haya sido llamado, por la polinización de la exposición de la palabra de Dios, conciba, madure y dé fruto para Dios y Su pueblo.
Los asuntos subsiguientes, que atañen a la eclesiología y a la escatología, dentro del marco unitario de la cosmovisión cristiana, son abordados por este autor en otras series y otros libros. Además, son asuntos que pertenecen al patrimonio general y universal del pueblo de Dios, accesibles en innumerables fuentes.
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