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Dios, gracia y misterios.-
En la medida en que por el Espíritu Santo de Dios, por la palabra de Dios registrada en la Biblia, y especialmente en el Nuevo Testamento, vamos conociendo poco a poco lo que es la economía divina o la administración de Dios, y en qué consiste, debemos detenernos entonces en considerar qué es lo que la palabra de Dios nos dice que se administra, qué es lo que se dispensa.
Comencemos leyendo la primera epístola de Pablo a los corintios, capitulo cuatro; nos dice así el apóstol Pablo: "Así, pues, ténganos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios". Entonces una de las cosas que se administra es los misterios de Dios. Esto está en primera a los corintios capitulo cuatro, verso uno.
Podemos ver también ahora Efesios, capitulo tres, verso dos; allí el apóstol Pablo dice: "si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros". Entonces vemos allí la expresión: administración de la gracia de Dios. En la economía divina se administran los misterios de Dios y la gracia de Dios. Esta expresión también la utiliza el apóstol Pedro en su primera carta, en el capitulo cuatro, verso diez, donde dice: "cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios". Buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Se administran, pues, los misterios de Dios y la multiforme gracia de Dios.
Una expresión que aparece en la epístola paulina a Tito es muy interesante; allí el apóstol, escribiendo a Tito acerca de los obispos, dice en el capítulo uno, en el versículo siete: "es necesario que el obispo sea irreprensible como administrador de Dios"; administrador de Dios. Por una parte implica que lo que se administra es a Dios mismo; y también que es de parte de Dios. Administrador de parte de Dios, y administrador de Dios mismo. Dios está fluyendo a través de la iglesia; la vida divina corre por el Espíritu Santo a través de la iglesia, revelando los misterios de Dios y entregando la gracia de Dios, la gracia de Dios en Cristo, por el Espíritu, depositada en la Iglesia para ser administrada.
Entonces en la economía divina, repetimos, resumimos, se administra fundamentalmente: Dios mismo, la gracia multiforme de Dios y los misterios de Dios. Dios en Gracia, y a través de Sus misterios revelados conforme están en Su palabra, constituye el capital que se administra en la economía divina. Dios le bendiga.
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