LA MANERA DE CONOCERLE

   
 


 

 

Home

Contacto

Libro de visitantes

enlaces

estadístiks

Noticias

Galería

la coinherencia

BREVE COMPENDIO BAUTISMAL CRISTIANO

PARA USTED MISMO / lo mínimo que quisiera decirle a todo ser humano

FUNDAMENTOS

IDENTIFICANDO PRIORIDADES

La Iglesia edificada sobre Cristo revelado y confesado

EL FUNDAMENTO PUESTO

LA PERSONA

la voluntad, función del alma

LA OBRA

LAS FIESTAS SOLEMNES

LA DOCTRINA

PASCUA: CRISTO CRUCIFICADO

ÁZIMOS: CRISTO COMULGADO

PRIMICIAS: CRISTO RESUCITADO

PENTECOSTÉS: CRISTO GLORIFICADO

TROMPETAS: CRISTO ANUNCIADO

EXPIACIÓN: CRISTO ABOGADO

TABERNÁCULOS: CRISTO ESPERADO

LOS PRIMEROS RUDIMENTOS

ARREPENTIMIENTO

FE EN DIOS

DOCTRINA DE BAUTISMOS

IMPOSICIÓN DE MANOS

RESURRECCIÓN DE MUERTOS

JUICIO ETERNO

EL REINO DE LOS CIELOS SE HA ACERCADO

LA REGLA

SOBRE ESTA ROCA

EL SELLO DEL FIRME FUNDAMENTO DE DIOS

LA UNIDAD DEL ESPÍRITU

UN CUERPO

UN ESPÍRITU

UNA MISMA ESPERANZA

UN SEÑOR

UNA FE

UN BAUTISMO

UN DIOS Y PADRE

EL FUNDAMENTO DE LOS APÓSTOLES Y PROFETAS

LAS IGLESIAS DE LOS SANTOS

LA DOCTRINA DE LOS APÓSTOLES

LA COMUNIÓN UNOS CON OTROS

EL PARTIMIENTO DEL PAN

LAS ORACIONES

EL PROPÓSITO DE DIOS

TRATADILLOS

EL BUEN DEPÓSITO

DEL REPOSO CRISTIANO

LIBERTAD Y CONSIDERACIÓN

OPÚSCULO DE CRISTOLOGÍA

LA IMPORTANCIA DE CONOCER A CRISTO

LA PROMESA DE CONOCERLE

LA MANERA DE CONOCERLE

LA HISTORICIDAD DE CRISTO

TIPOLOGÍA DE CRISTO

PROFECÍAS ACERCA DE CRISTO

LA SABIDURÍA DE DIOS

INTRODUCCIÓN ACERCA DEL VERBO DE DIOS

LA EXPRESIÓN DE DIOS

LA PRE-EXISTENCIA DEL VERBO

LA COEXISTENCIA DEL VERBO CON DIOS

LA DIVINIDAD DEL VERBO

EL ÁNGEL DE YAHVEH

LA ENCARNACIÓN DEL VERBO

SU CONCEPCIÓN VIRGINAL, SU VIDA SIN PECADO Y SU MUERTE EXPIATORIA

SU COMPLETA RESURRECCIÓN, ASCENCIÓN, OPERACIÓN Y REGRESO

MONOTEISMO JUDAICO

DE 1ª JUAN 5:7

EVOLUCIÓN DE LA EXPRESIÓN DOGMÁTICA (1)

EVOLUCIÓN DE LA EXPRESIÓN DOGMÁTICA (2)

EVOLUCIÓN DE LA EXPRESIÓN DOGMÁTICA (3)

EVOLUCIÓN DE LA EXPRESIÓN DOGMÁTICA (4)

ACERCA DE LA DIVINIDAD (1)

ACERCA DE LA DIVINIDAD (2)

CARTA ACERCA DE LOS "SOLO JESÚS"

la preeminencia del Arca del Pacto

panorámica bíblica

panorámica de Cristo como centralidad (aspecto objetivo)

(aspecto subjetivo)

la confesión divina

Cristo como Verbo

Trinidad de personas en el Único Dios

confesión divina de Su misma pluralidad en unidad

destello divino en la tierra desde la eternidad

la encarnación del Verbo de Dios

Tipología festal

Áreas básicas de la revelación divina

SEFER YAH / alef / destello divino en la tierra desde la eternidad

Puntos cruciales de la teología histórica

Puntos cruciales de la teología apologética

Puntos cruciales de la Teología Propia

Puntos cruciales de la Divina Teleología

Puntos cruciales de la Cosmología Bíblica

De los límites de la Cosmogonía

Puntos cruciales de la Angelología Bíblica

Puntos cruciales de la Antropología Bíblica

Puntos cruciales de la Hamartiología Bíblica

Puntos cruciales de la Cristología Bíblica

Puntos cruciales de la Pneumatología Bíblica

Fenomenología Pneumática

Puntos cruciales de la Soteriología Bíblica

EN TORNO A COSAS DE ECLESIOLOGÍA BÍBLICA

Puntos cruciales de la Escatología Bíblica

TANATOLOGÍA

Conceptos acerca de ciencias auxiliares de la Biblia

Contenidos paulinos de la escuela de la obra cristiana

De la Teología Natural

De la transición de la revelación general a la especial

Del lugar de la Bibliología

De la Teología Exegética y Bíblica

De la teología dogmática y sistemática

De la teología histórica

De la teología apologética

De la teología mística

De la teología especulativa

De la teología política

Del hilo central y unitivo de la revelación divina que es la economía de Dios

EDIFICACIÓN

Todo el consejo de Dios

La suma de la Palabra

Piedad y conocimiento de la verdad

Consulta y tropiezo

Sobre el altar

Grosura de corazón y entendimiento

Oikonomía

Revelación

El Espíritu revela el Misterio de Cristo

Salvos para el propósito de la voluntan divina

Edificación de Dios en vez de heterodidascalías

Conocer según el Espíritu

Administración delegada

Beneplácito divino

Encabezamiento crístico

Evangelio, economía y propósito

Economía e Iglesia

La pregunta por la administración

En qué consiste la economía divina

Dios, gracia y misterios

El Ungido

Dispensarse del mismo Dios Trino

Ecónomos

3 clases de ecónomos

Objeto de la administración

Ministerio del Nuevo Pacto

Para la obra del ministerio de la edificación del cuerpo

Vida y edificación

Pareja

Elementos primordiales

Nuestro disfrute

Alimento de vida

Bebida y respiración

Nutridos

Aliento

Gracia, amor y comunión

Jesucristo y gracia a nuestro espíritu

El Padre revelado por el Hijo

Dispensarse divino al hombre redimido corporativo

Co-existencia del Verbo Divino con Dios

El Hijo Creador, Sustentador, Redentor y Señor

La Persona de la Sabiduría Divina

La mente, función del alma

La emoción, función del alma

La revelación escrita

Forma y substancia

Guardar el buen depósito evitando la gnosis

Lo que habéis oído desde el principio

Candelabro y depósito

El misterio de La Fe que una vez fue dada a los santos

Aquella fe que iba a ser revelada

Acuérdate

Distintas clases de emociones del alma

Constitución tripartita del hombre

Antropología y hamartiología del espíritu humano

El espíritu y el alma humanos tras la caída

Carne y naturaleza pecaminosa

Hamartiología

Las trasgresiones y el pecado

La ley del pecado en mis miembros

Triplicidad

Cristología y soteriología

Cristología, soteriología y pneumatología

Encarnación del Verbo Divino

Kenósis y concepción virginal

Desarrollo humano del Verbo de Dios

Vivir humano santificante y perfeccionante del Hijo

Tentado en todo, pero sin pecado

En semejanza de carne de pecado

Preámbulo a la soteriología

Introducción a los variados aspectos del sacrificio de Cristo

Ofrenda por las trasgresiones y ofrenda por el pecado

Perdón y liberación

Ofrenda de paz y reconciliación

Liberación

Hecho maldición por nosotros

Dos aspectos de la santificación

La Cruz entre el mundo y nosotros

La cabeza aplastada de la serpiente

El grano de trigo

Vivificado en espíritu

Sepultado

Primogénito

Declarado Hijo de Dios por la resurrección

Cristo, nuestra justificación y santificación, por la resurrección

Regeneración y nuevo nacimiento

Regeneración y renovación

Renovaos en el espíritu de vuestra mente

Transformación por la renovación

Recapitulación pro configuración

Conformación a Cristo

Vivificación y glorificación del cuerpo

La Vida de Jesús en nuestros cuerpos mortales

Adopción, transformación, resurrección y glorificación de nuestros cuerpos

Ekklessía

Cristo magnificado en el cuerpo

Colofón

Bibliografía de "Edificación"

ANTICIPACION PROFETICA MESIANICA

LINAJE MESIANICO

EL CUMPLIMIENTO DEL TIEMPO

ISAGOGIA DE QOHELET

 


     
 

III

 

LA MANERA DE CONOCERLE

 

 


Cada cosa tiene su instrumento correspondiente de captación, y a cada porción de la realidad corresponde un sentido; por ejemplo, a la realidad de los colores corresponde el sentido de la vista; a la realidad de los sonidos corresponde el oído; a la realidad de los olores corres­ponde el olfato, y así sucesivamente. Y de la misma manera que la realidad del universo visible es aprehendido por los sentidos que corresponden estructuralmente a su captación, así también, al mundo interior y psíquico, en cierto sentido invisible, pero no menos real, corresponden también sentidos del alma; es decir, facultades psíquicas; es el hecho de la mente, la voluntad y la emoción. Igualmente, con el espíritu recibimos las impresiones del Espíritu de Dios. De manera que con el cuerpo y sus diferentes sentidos tomamos contacto y conciencia con y del mundo material que nos rodea. Con el alma, el yo de nuestra personalidad, somos conscientes de nuestros pensamientos, sentimien­tos y voliciones. Con el espíritu captamos a Dios, tenemos conciencia moral, intuición espiritual y comunicación directa con el Espíritu Divino. De manera que lo espiritual se discierne espiritualmente y lo natural naturalmente. Sería absurdo tratar de captar una porción de la realidad con el sentido equivocado; aplicar el olfato a los colores o el tacto a los sonidos, sería anormal; solamente acontece en las enferme­dades llamadas estesias, en las que por razones de perturbación nerviosa y cerebral, o por efecto de alucinógenos, un sentido mal recibe las informaciones dirigidas a otro en la corteza cerebral. De la misma manera, no son los diferentes sentidos naturales del cuerpo, ni siquiera las facultades psíquicas del alma, los que están diseñados para aprehender directamente las evidencias de la realidad espiritual de Dios; con tales facultades se perciben solamente sus reflejos y sus efectos; pero el órgano especialmente diseñado para el conocimiento experiencial de Dios es el espíritu del hombre, que a través de sus diversas funciones recibe las diferentes impresiones de la realidad divina. Esto lo hace, ya no como deducción en base a efectos e interpretaciones de reflejos, sino en contacto y aprehensión directa. El Espíritu de Dios se amalgama con el nuestro para damos testimonio directo de Sí Mismo y de las cosas Suyas. Es esa experiencia de evidente conocimiento lo que en el lenguaje de las Sagradas Escrituras y de la verdad conocida por los cristianos se llama "iluminación" o "revelación"; la dirección del Espíritu también es una experiencia real. Revelación, en un sentido más amplio, es, pues, el testimonio que Dios da de Sí Mismo, el cual también nos impresiona directamente en el espíritu, de manera que podemos llegar a conocerlo, y no sólo superficialmente como una experiencia esporádica y aislada, sino como es común entre los verdaderos cristianos maduros, en forma íntima, normal y permanente, haciendo de la vida un deleitoso compañerismo, una labor mancomunada dentro de un propósito definido, revelado, conocido, puesto en práctica y experimentado, encaminado a una consumación total de gloria.


Dios, pues, se ha revelado perfectamente y en forma completa en Cristo, lo cual es conocido directamente por revelación del Espíritu. De manera que el Espíritu Santo revela en nuestro espíritu humano a Cristo, el Hijo del Dios Viviente, y Éste nos da a conocer al Padre. Las Sagradas Escrituras son un testimonio de la experiencia de estas realidades. La Iglesia universal de Jesucristo, no una denominación cualquiera, sino Su Cuerpo místico, es, pues, el vaso que contiene y participa este testimonio; y este testimonio, más que una cosa o simple doctrina, es la evidencia de la VIDA ETERNA, en su naturaleza propia, y manifiesta en la demostración de las características actuantes del Espíritu; actuaciones que nacidas en Dios, producen efectos restaura­dores y verificables, los cuales se encaminan todos coordinadamente a la redención total; es decir, a la reconciliación de todas las cosas con Dios, de manera, que Él sea conocido por Su gloria en todas ellas. Esto ha sido hecho posible en Cristo Jesús sobre quien fue puesta toda la vieja creación rebelde, entregada a muerte en la cruz de Cristo, y reconstituida en una nueva creación, por la resurrección de Cristo, quien como segundo Hombre y como Espíritu Vivificante permea ahora lo temporal para transfigurarlo en el día postrero hacia la libertad incorruptible de que goza el Cristo resucitado. Y todo en su debido orden: primero Él en Su resurrección para llenarlo todo, y entonces por el Espíritu derramado para confirmar la plenitud de Su gloria, ahora a través de la Iglesia, que es Su Cuerpo, que será transformada hacia la incorruptibilidad en la segunda venida de Jesucristo. Entonces, el resto de la creación será libertada también para que Dios lo sea todo en todo, según ya lo ha hecho en Cristo, Principio de la Creación y Sustentador de todo lo creado. Aún el juicio sobre lo reprobado manifestará Su gloria. Esto es de lo que los cristianos damos testimonio.

Claro está que antes de conocer íntimamente al Cristo vivo y resucitado en forma espiritual, normalmente se tiene primero un punto de contacto, pues el Verbo de la gloria vino al mundo y se hizo carne visitando la historia. En ningún momento desconocemos, pues, la importancia que pudiera tener en el comienzo de la fe de los cristianos, y también a lo largo del camino, el conocer primero naturalmente, según la carne, al Cristo objetivo de la historia; pero estábamos simplemente diciendo como Pablo que el verdadero conocimiento es por el Espíritu; como está escrito: "De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según 1a carne ; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así" (2 Co. 5:17). Pero claro está que para conocer espiritualmente por aprehensión directa al Dios de la gloria en Cristo por el Espíritu, es necesario primero «nacer de nuevo» y ser regenerado para tener parte en el reino espiritual (Jn. 3:6). El nuevo nacimiento mismo es un comienzo de conocimiento espiritual. Para que ese nuevo nacimiento sea de veras precisamos de la fe que nace gracias al testimonio espiritual escuchando espiritual­mente del Cristo objetivo e histórico y Su obra. Pero la gracia de poder reconocer en Jesús de Nazaret al Cristo, el Hijo del Dios viviente, es indudablemente una obra espiritual de iluminación por la que el Padre revela a los bienaventurados acerca de Su Hijo y por Su Hijo acerca de Sí Mismo.


Así que antes del conocimiento espiritual y de la comunión personalísima con Dios en forma directa, normalmente resulta necesario la invocación de fe; y para que haya tal fe suele ser necesario escuchar el testimonio del evangelio que nos presenta primeramente la historicidad del Cristo; pero mejor, al Cristo de la historia fluyendo evidentemente mediante el Espíritu. Tal testimonio, además de en el Espíritu, que es fundamental, se halla también a través de las Sagradas Escrituras y en la Iglesia, Cuerpo de Cristo, es decir, el organismo vivo constituido por los auténticos cristianos. No es necesario acudir a otro lugar, pues éstos bastan como testigos autorizados. Sin embargo no estamos cortos del testimonio «externo» acerca de la historicidad de Cristo. Tal testimonio simplemente confirma el de las Escrituras y la Iglesia, de manera que la invocación de fe tenga un aliciente más.

A pesar de lo antedicho, no restringimos la obra del Espíritu al punto de contacto histórico, pues Cristo mismo vive hoy, y si lo quisiera, bien podría dar testimonio por Sí mismo y sólo, lo cual ha hecho en casos esporádicos donde la necesidad era imperiosa. Recordamos el caso de un brujo indonesio en la década de 1960‑70, narrado por Mel Tari;[1] también el caso del Rabí Miguel,[2] y el del ex‑hindú Sundar Singh compilado por J. McDowell.[3] Hay otros casos,[4] pero basten estos tres testigos.

El énfasis es que a Cristo lo conocemos verdaderamente al entrar en contacto directo con Su Espíritu, para lo cual Él descendió y envió al Paracleto. También Su Espíritu se movió en la dirección de Su Iglesia testigo e inspiró la Escritura, que presentaría los aspectos esenciales, de manera que respaldados por todos los flancos, el Espíritu, las Escrituras, la Iglesia, la tradición y experiencias vividas, junto con la evidencia "externa", tengamos los puntos de contacto, el portal, donde la fe es animada para el diálogo que le llevará a la experiencia y al conocimiento espiritual. Una vez que tal conocimiento sea engendrado por el testimonio espiritual, y parido, "ya nadie os quitará vuestro gozo",[5] en el decir de Jesucristo.

La fe depende primordialmente del Don de Dios, pero claro está que es fe otorgada en el testimonio que Dios ha dado9 y da de Sí mismo en múltiples maneras, aunque exclusivamente revelado en Cristo Jesús en su forma perfecta. Crezcamos en la Fe del Hijo y en su Conocimiento.



[1]Mel Tari, Como un Viento Recio.

[2]Miguel Hesbe, Miguel, Miguel, ¿por qué me persigues?

[3]Josh McDowell, Evidencia que Exige un Veredicto.

[4]Por ejemplo, los nombrados por John Walker y su familia en Milagros y Mártires, etc.

[5]Juan 16:22. 9Hechos 17:31.

 

 
 

Hoy habia 353538 visiteurs¡Aqui en esta página!

 

 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis