|
(10)
En qué consiste la economía divina.-
Cuando hablamos de la administración de Dios, debemos entonces preguntarnos: ¿en qué consiste la administración, o la economía divina?
Podríamos resumirlo en la siguiente frase: La economía de Dios es el mismo Dios dispensándose, o administrándose, al hombre tripartito individual y corporativamente, en Cristo, y por el Espíritu, con el fin de expresarse, y también tratar con Su enemigo, estableciendo Su autoridad en el universo.
De los distintos pasajes de la palabra en Efesios, en Colosenses, y en otros lugares del Nuevo Testamento, captamos que Dios tiene una economía, una administración.
Recordamos que esa palabra economía, u "oikonomía", del griego del Nuevo Testamento, implica varios aspectos: implica dispensación; de manera que hay Alguien que está dispensándose, el cual es Dios mismo. Implica también administración; quiere decir que Dios se está dispensando según un arreglo, según un programa que El ha elaborado. Implica también mayordomía, que quiere decir, entonces, que lo que Dios está dispensando según Su arreglo, ha sido encargado a personas para que lo transmitan; es decir, Dios ha arreglado dispensarse a través de mayordomos, de los cuales todos juntos y cada uno tiene una comisión. La otra palabra que implica economía es edificación.
Entonces Dios está dispensándose según un arreglo administrativo, y ha constituido mayordomos para una edificación. Es la edificación de Dios mismo. Dios mismo, a través de Cristo, y por el Espíritu, entregándose al ser humano, en su espíritu, para encaminar su alma, y también para vivificar su cuerpo, y para edificar el cuerpo de Cristo.
No es solamente una edificación de individuos, sino una edificación corporativa de la Iglesia universal expresada, en cada localidad como un candelero, la iglesia de la población. Dios se deposita Él mismo, y lo hace en la iglesia de la localidad, para entonces tratar con Su enemigo. La Iglesia tiene que luchar corporativamente, en virtud de Dios, por Cristo, y por el Espíritu, contra el enemigo, y establecer el reino de Dios, la autoridad de Dios.
En esto es en lo que consiste la administración o economía divina.
|
|