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Ofrenda de paz y reconciliación.-
Las Diversas clases de ofrendas en el Libro de Levítico: la ofrenda por las transgresiones, la ofrenda por el pecado, la ofrenda de paz, el holocausto, la ofrenda medida, etc., representan distintos aspectos de la obra de la cruz de Cristo, de la obra que Cristo hizo en la cruz para nosotros.
En numerales anteriores hemos estado considerando la ofrenda por las transgresiones o pecados, también la ofrenda por el pecado; es decir, por la naturaleza caída del hombre. El hombre no solamente debe ser perdonado por Dios, sino también liberado de lo malo que es; y para eso, Cristo también murió en la cruz.
Hoy mencionaremos la ofrenda de paz, o lo que nos consigue la reconciliación; hemos visto que el perdón se refiere a nuestras transgresiones; asimismo, la liberación se refiere ya no tanto a lo que hemos hecho, sino a lo que somos. Hemos visto también que el Señor nos limpia de la mancha del pecado; pero reconciliar, está mostrándonos otro aspecto también muy íntimamente relacionado; sin embargo, tiene su peculiaridad.
Reconciliar quiere decir lo siguiente: vamos a usar un ejemplo: dos personas, que eran amigas, se enemistaron por las faltas de una de ellas; ahora bien, si esa persona se reconcilia con aquel a quien ofendió, entonces es perdonada; pero si solamente es perdonada, pero no se restablece la amistad antigua que había, entonces falta reconciliación.
Entonces, por eso vemos que reconciliación es algo más que perdón; pero seguirla manteniendo a distancia, no es aún completa reconciliación. Reconciliación quiere decir, no solamente perdonar, sino volver a entablar con la persona perdonada una relación de amistad, una relación estrecha, no manteniéndola a la distancia, sino ignorando lo que ha pasado, como si no hubiese sucedido nada; la persona que realmente perdona, se reconcilia con aquel que lo había ofendido; es una persona que actúa haciéndole olvidar al ofensor sus ofensas, las cuales perdonó; le dice: no lo tengas más en cuenta, esto ya pasó, sigamos normalmente en amistad, en compañerismo.
Eso es lo que nos representa la ofrenda de paz, la ofrenda que consigue nuestra reconciliación con Dios; no es solamente un perdón, sino que es una comunión restablecida como si nunca hubiese sido rota; Dios es tan misericordioso, que no está interesado solamente en perdonarnos, sino de que caminemos en novedad de vida; por eso es que la redención y la regeneración no nos consiguen solamente un remiendo; no; sino una nueva creación; la vieja creación fue juzgada, y ahora el Señor ha producido una nueva creación, que desde su origen, su nuevo origen en la regeneración, es totalmente nueva.
La reconciliación, pues, nos vuelve a ser amigos con Dios, como si no hubiese sucedido nada; ¡Qué grande es Dios!
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