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Ministerio del Nuevo Pacto.-
En la administración o economía divina hay algo, pues, que se administra, hay quienes lo administran, hay a quienes se administra, y también está establecida en la palabra del Señor la manera cómo se administra.
Dios no nos ha dejado en plena libertad de administrar Su gracia, ni de administrar Sus misterios en Su economía o administración, de la manera como a nosotros nos place. El ha establecido el ministerio del Nuevo Pacto. Especialmente en la segunda carta a los Corintios, en el capítulo 3, se nos habla del ministerio del Nuevo Pacto. Esas son palabras muy importantes: “ministerio”, “ Nuevo” y “Pacto”. Aquí se nos habla de la manera cómo se administra; y en primer lugar, del ministerio.
Ministerio quiere decir simplemente servicio; ministerio, no es, pues, un título altisonante para que nosotros nos levantemos a nosotros mismos; no, ministro quiere decir sirviente, quiere decir servidor; ministerio es, pues, el servicio de Dios, del Señor Jesús, del Cristo, quien vino como el siervo de Yahveh para servir a Dios y para servir a los hombres. Ministerio es, pues, servicio; se administra un servicio; lo que se hace es servir a Dios y a los hombres; no servirse de Dios ni de los hombres. Claro que Dios nos ayuda, pero servimos a Dios y servimos a los hombres.
Otra cosa; se le dice también Nuevo Pacto; servicio o ministerio del Nuevo Pacto. ¿Por qué es nuevo? es nuevo en relación a un pacto antiguo; existía un pacto antiguo, había una alianza, pues pacto quiere decir alianza; había una alianza que Dios había realizado con Israel, algo que estaba fuera de ellos, ya que estaban en la carne; ellos trataban de agradar a Dios cumpliendo en sus propias fuerzas una ley que estaba escrita en tablas y rollos fuera de ellos; pero ahora el Señor ha establecido un pacto nuevo, una alianza nueva donde Dios mismo se dispensa por Su Espíritu, se administra dentro de los hijos de Dios. Entonces es el Espíritu de Dios el que lleva adelante el transmitir, el ministerio de la gracia de Dios, de la justificación de Dios.
Cuando en el Nuevo Testamento nos encontramos con el antiguo pacto, resultamos condenados y muertos; pero ahora, al encontrarnos con la gracia de Dios, resultamos justificados y vivificados.
Se administra, pues, conforme al Espíritu, y se administra gracia y justificación de Dios.
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