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Economía e Iglesia.-
Así como se lee en Efesios, capitulo tres, el mencionar de Pablo acerca de su anunciar el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo, y de su aclarar a todos cual sea la dispensación o economía del misterio escondido desde los siglos en Dios, también a los colosenses Pablo les hablaba de este asunto importantísimo.
En el capitulo uno de la carta de Pablo a los colosenses, leemos en el verso 25, que él dice que él fue "hecho ministro de la iglesia, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre" .
Vemos, pues, que Pablo aquí a los colosenses les habla, y a nosotros que lo leemos también, de la administración de Dios que le fue dada. Dios tiene un plan, Dios tiene un propósito; por lo tanto ha hecho un arreglo administrativo para llevar adelante ese propósito. Entonces se le encomendó a Pablo la administración de ese misterio escondido desde los siglos en Dios. Entonces por eso es que Pablo habla también de estas cosas con suma atención; y nosotros, todos los hijos de Dios, y como Iglesia, debemos estar muy interesados en cual sea el misterio de la dispensación, de la economía, de la administración de Dios y de de Su gracia.
Es importante ver que a los efesios Pablo les había dicho, en el capitulo tres, de que todo eso era relacionado a la Iglesia; por eso es que después de hablarles de la dispensación del misterio escondido, él dice en efesios 3:10: "para que…"; la expresión “para que” nos dice para qué él anunciaba lo que aparecía como un misterio; él dice: "para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada conocer por medio de la iglesia a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor".
La Iglesia, pues, tiene un lugar importantísimo en el propósito eterno de Dios. La Iglesia no es un accidente, la Iglesia es el centro del beneplácito de Dios. Todo lo relacionado a la Iglesia es algo de suma importancia, porque toca el misterio del corazón de Dios y de Su voluntad.
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