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Declarado Hijo de Dios por la resurrección.-
Retomamos en este numeral el hilo del numeral pasado; leamos el capítulo 13 de los Hechos de los apóstoles, el versículo treinta y tres: “Dios ha cumplido (aquella promesa) a los hijos de ellos (a nosotros) resucitando a Jesús; como está escrito también en el salmo segundo: Mi hijo eres tú, yo te he engendrado hoy.”
Aquí el apóstol Pablo aplica este verso del Salmo al engendramiento del Primogénito; eso no quiere decir que el Verbo de Dios no pre-existía; claro, Él, como Verbo de Dios, como Persona Divina, co-existía con el Padre y el Espíritu Santo desde antes de la fundación del mundo, y desde la eternidad. También en Su humanidad Él fue engendrado desde el vientre de la virgen María; pero resulta que ahora hay una nueva situación; Él es el Verbo de Dios con naturaleza divina; es también el Hijo del hombre con naturaleza humana; pero ahora, en la resurrección, Él entra en un estado glorificado que no existía antes; la gloria que Él compartía con el Padre antes de la fundación del mundo, era en cuanto Verbo, era como Dios; pero ahora era aplicada a su humanidad; ahora el Señor tomaba de nuevo aquella gloria, pero habiendo asumido humanidad; es decir, glorificaba a la humanidad.
Este es un tremendo comienzo; por eso es que también la palabra del Señor dice en el Salmo segundo: “Yo te he engendrado hoy”; este es el momento glorioso cuando el Unigénito del Padre es resucitado en un estado glorificado y es convertido ahora en el Primogénito; es decir, es cuando se posibilita la nueva creación, la regeneración de los hijos de Dios.
Algo de esto nos lo dice Romanos, capítulo uno, versículo cuatro: “fue declarado Hijo de Dios con poder, según el espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos”; no es que Él no era el Hijo de Dios; en cuanto Dios, lo era; pero dice allí que en la resurrección fue declarado Hijo de Dios; ahora, a partir de la resurrección, hay un estado especial; ¿por qué? porque ahora ya no es solamente el Verbo de Dios, como Dios, y no es solamente el Hijo del Hombre en un estado todavía de pasibilidad; es decir, de sufrimiento; no, ahora es el Verbo de Dios encarnado, resucitado para ser glorificado; es un estado nuevo; Él es el Hijo de Dios; por eso se dice: “declarado Hijo de Dios con poder”; este es el comienzo de la nueva creación; por eso Él es también el Primogénito de toda creación y el Principio de la creación de Dios.
Continuaremos en esta línea, Dios mediante, en numerales sucesivos.
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