|
(93)
Recapitulación pro configuración.-
Recapitulando, como conviene, algunas de las provisiones de Dios para nosotros en la resurrección de Jesucristo, recordemos: la justificación, no solamente en el aspecto de ser perdonados y declarados inocentes, lo cual es una justificación posicional ante Dios, somos declarados justos delante de Dios porque Cristo ha pagado el precio por nosotros; sin embargo, la justificación también tiene otro aspecto: en Romanos se nos habla de que somos justificados por Su resurrección; de manera que hay una aspecto de la justificación relacionado a la resurrección; y es que como, Cristo fue hecho pecado por nosotros, nosotros también somos hechos justicia de Dios en Cristo, y Cristo en nosotros es nuestra justificación; Cristo puede estar en nosotros, gracias a que resucitó, ascendió y envió Su Espíritu; por eso El puede estar en nosotros, haciéndonos justos también, ya no solamente en el sentido posicional ante Dios, sino en el sentido de nuestra misma disposición; dice que el nuevo hombre fue creado en la justicia y en la santidad de la verdad.
También, otro aspecto de la provisión de Dios es la santificación; hemos visto que la santificación tiene que ver con la muerte de Cristo, con la crucifixión, con la ofrenda de Su cuerpo, para ser santificados, en el sentido de ser separados para Dios de las cosas negativas, y ser comprados para Dios; pero, en el sentido positivo, la santificación también tiene que ver con la resurrección de Cristo, por la misma cosa y el mismo motivo que lo es la justificación.
Cristo está en nosotros resucitado, y por Su Espíritu, es nuestra santificación; no somos solamente separados de las cosas negativas, sino que la naturaleza divina y santa de Dios, revelada en Cristo, es comunicada a nosotros por Su Espíritu. Entonces también hay un aspecto de la santificación que es Cristo en nosotros como nuestra santidad, como nuestra santificación, gracias a la resurrección de Cristo.
Justificación, santificación, también regeneración; la regeneración es el comienzo de una nueva creación en nuestro ser; es nuestra introducción al ámbito del reino de Dios, y de la naturaleza divina, con el nuevo nacimiento; esto ha sido conseguido también por la resurrección de Cristo.
Y en los últimos numerales recordábamos la renovación, que es la transmisión de la vida divina, que hemos recibido en la regeneración, al resto de nuestro ser; ir renovando nuestro ser.
Ahora, muy bien, llegamos a otro aspecto más de la renovación; esa renovación, y esa transformación, tienden a la configuración de los hijos de Dios a la imagen de Jesucristo; es decir: el sentido de la regeneración, y de la renovación, es desarrollarse hacia la configuración de Cristo en nosotros, y de nosotros a Cristo; eso lo podemos leer en Romanos, capítulo ocho, verso veintinueve: “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos”.
|
|