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Cristología y soteriología.-
En los numerales anteriores, hemos estado considerando el terrible capítulo, decimos terrible por su contenido, de la hamartiología; de la raíz griega hamartía (amartía), que quiere decir pecado, y logos que quiere decir tratado; o sea, el tratado del pecado.
Hemos visto que el pecado comenzó en los cielos con Satán, pasó a la tercera parte de los ángeles, y se introdujo en el mundo por un hombre; y hemos visto el nivel de los pecados o transgresiones, que son los actos de desobediencia, hemos visto también el pecado como naturaleza pecaminosa en el hombre, como se nos dice en Efesios capítulo dos, que éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos; vimos también en Romanos siete que en la carne del hombre opera la ley del pecado y de la muerte, una tendencia natural del hombre adámico que lo lleva cautivo al pecado y a la muerte.
Es terrible verdaderamente este capítulo, la consideración de estas cosas en la palabra de Dios, y en la realidad, en los hechos cotidianos; el pecado es una cosa muy oscura; gracias a Dios que, conociendo el diagnóstico, Dios proveyó el remedio para lo diagnosticado; lógicamente que un cáncer no se curaría con un alka-seltzer, porque un cáncer no es un dolor de cabeza, ni es un dolor de estómago; así mismo, la situación caída del hombre es más grave que lo que aparenta; no solamente que el hombre hace cosas malas, sino que el hombre es malo; de manera que la redención de Dios, la recuperación del hombre de parte de Dios, tiene que proveernos no solamente el perdón de los pecados, sino que tiene que proveernos también la liberación del pecado, tiene que regenerarnos, tiene que renovarnos, tiene que transformarnos; el trabajo de Dios con el hombre caído es sumamente grande; pero por más grande que sea el pecado, más grande es la gracia; como dice el apóstol Pablo: donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia; y la gracia del Señor no solamente nos trae el perdón, sino que nos trae toda la recuperación completa, toda la redención completa; entonces, ante el problema en el universo del pecado, y el problema del pecado del hombre, entonces Dios interviene con la redención; aquí se abren las puertas de nuevos capítulos en la revelación divina.
Entraremos, pues, por ahora, en dos partes interrelacionadas: una, la cristología, que trata acerca de Cristo; en numerales muy anteriores, habíamos hablado del Hijo del Dios en el aspecto celestial, el Verbo de Dios en el aspecto de la divinidad; pero no habíamos entrado en Su encarnación; entonces, claro está que, debido al pecado, también el Verbo de Dios se hizo carne, y vino a realizar la redención. Todo lo relacionado a la persona de Cristo, todo Su vivir humano, y también Su obra en la cruz del Calvario, en la resurrección, en la ascensión, forman parte de la cristología, y de la soteriología, de sotería, que quiere decir salvación; o Soter que significa Salvador; entonces la soteriología es el capítulo que trata sobre la salvación de Dios.
Ante el diagnóstico del pecado, la salvación de Cristo. En numerales siguientes, Dios mediante, estaremos considerando este tema mas detenidamente.
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