De la Teología Exegética y Bíblica

   
 


 

 

Home

Contacto

Libro de visitantes

enlaces

estadístiks

Noticias

Galería

la coinherencia

BREVE COMPENDIO BAUTISMAL CRISTIANO

PARA USTED MISMO / lo mínimo que quisiera decirle a todo ser humano

FUNDAMENTOS

IDENTIFICANDO PRIORIDADES

La Iglesia edificada sobre Cristo revelado y confesado

EL FUNDAMENTO PUESTO

LA PERSONA

la voluntad, función del alma

LA OBRA

LAS FIESTAS SOLEMNES

LA DOCTRINA

PASCUA: CRISTO CRUCIFICADO

ÁZIMOS: CRISTO COMULGADO

PRIMICIAS: CRISTO RESUCITADO

PENTECOSTÉS: CRISTO GLORIFICADO

TROMPETAS: CRISTO ANUNCIADO

EXPIACIÓN: CRISTO ABOGADO

TABERNÁCULOS: CRISTO ESPERADO

LOS PRIMEROS RUDIMENTOS

ARREPENTIMIENTO

FE EN DIOS

DOCTRINA DE BAUTISMOS

IMPOSICIÓN DE MANOS

RESURRECCIÓN DE MUERTOS

JUICIO ETERNO

EL REINO DE LOS CIELOS SE HA ACERCADO

LA REGLA

SOBRE ESTA ROCA

EL SELLO DEL FIRME FUNDAMENTO DE DIOS

LA UNIDAD DEL ESPÍRITU

UN CUERPO

UN ESPÍRITU

UNA MISMA ESPERANZA

UN SEÑOR

UNA FE

UN BAUTISMO

UN DIOS Y PADRE

EL FUNDAMENTO DE LOS APÓSTOLES Y PROFETAS

LAS IGLESIAS DE LOS SANTOS

LA DOCTRINA DE LOS APÓSTOLES

LA COMUNIÓN UNOS CON OTROS

EL PARTIMIENTO DEL PAN

LAS ORACIONES

EL PROPÓSITO DE DIOS

TRATADILLOS

EL BUEN DEPÓSITO

DEL REPOSO CRISTIANO

LIBERTAD Y CONSIDERACIÓN

OPÚSCULO DE CRISTOLOGÍA

LA IMPORTANCIA DE CONOCER A CRISTO

LA PROMESA DE CONOCERLE

LA MANERA DE CONOCERLE

LA HISTORICIDAD DE CRISTO

TIPOLOGÍA DE CRISTO

PROFECÍAS ACERCA DE CRISTO

LA SABIDURÍA DE DIOS

INTRODUCCIÓN ACERCA DEL VERBO DE DIOS

LA EXPRESIÓN DE DIOS

LA PRE-EXISTENCIA DEL VERBO

LA COEXISTENCIA DEL VERBO CON DIOS

LA DIVINIDAD DEL VERBO

EL ÁNGEL DE YAHVEH

LA ENCARNACIÓN DEL VERBO

SU CONCEPCIÓN VIRGINAL, SU VIDA SIN PECADO Y SU MUERTE EXPIATORIA

SU COMPLETA RESURRECCIÓN, ASCENCIÓN, OPERACIÓN Y REGRESO

MONOTEISMO JUDAICO

DE 1ª JUAN 5:7

EVOLUCIÓN DE LA EXPRESIÓN DOGMÁTICA (1)

EVOLUCIÓN DE LA EXPRESIÓN DOGMÁTICA (2)

EVOLUCIÓN DE LA EXPRESIÓN DOGMÁTICA (3)

EVOLUCIÓN DE LA EXPRESIÓN DOGMÁTICA (4)

ACERCA DE LA DIVINIDAD (1)

ACERCA DE LA DIVINIDAD (2)

CARTA ACERCA DE LOS "SOLO JESÚS"

la preeminencia del Arca del Pacto

panorámica bíblica

panorámica de Cristo como centralidad (aspecto objetivo)

(aspecto subjetivo)

la confesión divina

Cristo como Verbo

Trinidad de personas en el Único Dios

confesión divina de Su misma pluralidad en unidad

destello divino en la tierra desde la eternidad

la encarnación del Verbo de Dios

Tipología festal

Áreas básicas de la revelación divina

SEFER YAH / alef / destello divino en la tierra desde la eternidad

Puntos cruciales de la teología histórica

Puntos cruciales de la teología apologética

Puntos cruciales de la Teología Propia

Puntos cruciales de la Divina Teleología

Puntos cruciales de la Cosmología Bíblica

De los límites de la Cosmogonía

Puntos cruciales de la Angelología Bíblica

Puntos cruciales de la Antropología Bíblica

Puntos cruciales de la Hamartiología Bíblica

Puntos cruciales de la Cristología Bíblica

Puntos cruciales de la Pneumatología Bíblica

Fenomenología Pneumática

Puntos cruciales de la Soteriología Bíblica

EN TORNO A COSAS DE ECLESIOLOGÍA BÍBLICA

Puntos cruciales de la Escatología Bíblica

TANATOLOGÍA

Conceptos acerca de ciencias auxiliares de la Biblia

Contenidos paulinos de la escuela de la obra cristiana

De la Teología Natural

De la transición de la revelación general a la especial

Del lugar de la Bibliología

De la Teología Exegética y Bíblica

De la teología dogmática y sistemática

De la teología histórica

De la teología apologética

De la teología mística

De la teología especulativa

De la teología política

Del hilo central y unitivo de la revelación divina que es la economía de Dios

EDIFICACIÓN

Todo el consejo de Dios

La suma de la Palabra

Piedad y conocimiento de la verdad

Consulta y tropiezo

Sobre el altar

Grosura de corazón y entendimiento

Oikonomía

Revelación

El Espíritu revela el Misterio de Cristo

Salvos para el propósito de la voluntan divina

Edificación de Dios en vez de heterodidascalías

Conocer según el Espíritu

Administración delegada

Beneplácito divino

Encabezamiento crístico

Evangelio, economía y propósito

Economía e Iglesia

La pregunta por la administración

En qué consiste la economía divina

Dios, gracia y misterios

El Ungido

Dispensarse del mismo Dios Trino

Ecónomos

3 clases de ecónomos

Objeto de la administración

Ministerio del Nuevo Pacto

Para la obra del ministerio de la edificación del cuerpo

Vida y edificación

Pareja

Elementos primordiales

Nuestro disfrute

Alimento de vida

Bebida y respiración

Nutridos

Aliento

Gracia, amor y comunión

Jesucristo y gracia a nuestro espíritu

El Padre revelado por el Hijo

Dispensarse divino al hombre redimido corporativo

Co-existencia del Verbo Divino con Dios

El Hijo Creador, Sustentador, Redentor y Señor

La Persona de la Sabiduría Divina

La mente, función del alma

La emoción, función del alma

La revelación escrita

Forma y substancia

Guardar el buen depósito evitando la gnosis

Lo que habéis oído desde el principio

Candelabro y depósito

El misterio de La Fe que una vez fue dada a los santos

Aquella fe que iba a ser revelada

Acuérdate

Distintas clases de emociones del alma

Constitución tripartita del hombre

Antropología y hamartiología del espíritu humano

El espíritu y el alma humanos tras la caída

Carne y naturaleza pecaminosa

Hamartiología

Las trasgresiones y el pecado

La ley del pecado en mis miembros

Triplicidad

Cristología y soteriología

Cristología, soteriología y pneumatología

Encarnación del Verbo Divino

Kenósis y concepción virginal

Desarrollo humano del Verbo de Dios

Vivir humano santificante y perfeccionante del Hijo

Tentado en todo, pero sin pecado

En semejanza de carne de pecado

Preámbulo a la soteriología

Introducción a los variados aspectos del sacrificio de Cristo

Ofrenda por las trasgresiones y ofrenda por el pecado

Perdón y liberación

Ofrenda de paz y reconciliación

Liberación

Hecho maldición por nosotros

Dos aspectos de la santificación

La Cruz entre el mundo y nosotros

La cabeza aplastada de la serpiente

El grano de trigo

Vivificado en espíritu

Sepultado

Primogénito

Declarado Hijo de Dios por la resurrección

Cristo, nuestra justificación y santificación, por la resurrección

Regeneración y nuevo nacimiento

Regeneración y renovación

Renovaos en el espíritu de vuestra mente

Transformación por la renovación

Recapitulación pro configuración

Conformación a Cristo

Vivificación y glorificación del cuerpo

La Vida de Jesús en nuestros cuerpos mortales

Adopción, transformación, resurrección y glorificación de nuestros cuerpos

Ekklessía

Cristo magnificado en el cuerpo

Colofón

Bibliografía de "Edificación"

ANTICIPACION PROFETICA MESIANICA

LINAJE MESIANICO

EL CUMPLIMIENTO DEL TIEMPO

ISAGOGIA DE QOHELET

 


     
 

 

DE LA TEOLOGÍA
EXEGÉTICA Y BÍBLICA[1]
 
Ubicación de la Exégesis
El tratado de la Palabra de Dios, la Teología, emplea distintas maneras de acercarnos al depósito de Dios. A ese nombre, Teología, se le ha dado varios adjetivos, según las características como uno se acerca a ese depósito de Dios. Se había iniciado por la Teología Natural, la revelación de Dios acerca de Sí mismo a todos los hombres a través de la creación, a través de lo que existe, fuera de la revelación especial en las Sagradas Escrituras. De eso se ocupa la Teología Natural. Teníamos que pasar entonces a la revelación especial, la que está contenida en los documentos de las Sagradas Escrituras, y teníamos que detenernos un poquito en la consideración de la Teología Exegética.
La Teología Exegética se diferencia de la Teología Natural. El objeto de la Teología Natural es lo que Dios ha revelado acerca de Sí mismo y de cosas en relación con Él, pero fuera de las Escrituras; es decir, a partir de Su obra creativa; pero además de Su obra creativa ha habido una intervención de revelación especial de parte de Dios, porque Dios ha hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, y en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo[2]. El registro de la intervención de Dios, y de las palabras de Dios, de esa intervención, no solamente en la creación, sino con el propósito específico de revelarse a Sí mismo, está registrado en lo que llamamos la Biblia.


La Exégesis consiste en sacar el sentido de los textos sagrados que contienen la revelación divina; pero era necesario hacer un puente entre la Teología Natural y la Teología Exegética; ese puente era la transición que hay entre lo que Dios ha hablado para todos en general a través de la creación en forma parcial aunque verdadera, y lo que ha hablado en forma específica, primeramente a Sus escogidos, y a través de ellos y de la Biblia, a toda la creación, a toda la humanidad.

En el capítulo anterior, Del Lugar de la Bibliología, vimos que esos textos tienen una historia, tienen un proceso, se dieron a través de ciertas personas en determinadas épocas y circunstancias, y se han transmitido y existen los testigos de esa transmisión hasta hoy. Y cuando tenemos la Biblia en nuestras manos, esta Biblia tiene una fundamentación de varios siglos. La Bibliología se ocupa de todo eso; era necesario ver la transición entre la revelación natural y la especial, y el lugar de la Bibliología, antes de entrar en la Teología Exegética. Pero ahora sí, ya es el lugar lógico y la secuencia coherente de examinar lo que es la Teología Exegética.
Aunque todas las teologías se enfocan hacia la revelación que Dios dio, cada una de ellas lo hace de una manera diferente. En la presente veremos cómo aproximarnos a la revelación divina a la manera Exegética. La Teología Bíblica surge de la Teología Exegética.
 
Sacar el mensaje del texto


El método de la Teología Exegética consiste en estudiar los autores por sí solos, luego los textos de esos autores, los pasajes de esos textos, los versículos de esos pasajes, las palabras claves de esos versículos, y si es necesario, la raíz de esas palabras claves. Ese es el enfoque típico de un estudio exegético. Exégesis quiere decir sacar el mensaje del texto. La Exégesis puede ser bíblica si el texto que se va a estudiar es la Biblia; puede ser clásica, si va a estudiar un autor clásico, o moderna, si se hace el estudio de un autor moderno. La palabra exégesis no necesariamente se refiere a la Biblia. Se refiere al estudio de un documento, de qué trata ese documento. Eso es lo que quiere averiguar la exégesis. La exégesis quiere saber de qué trata tal documento. La exégesis estudia por autores; luego esos autores tienen determinadas obras, determinados textos; entonces cuál es el pensamiento de ese autor. Para llegar al pensamiento de un autor se tiene que conocer sus textos. Una vez que se tienen esos textos definidos, se tiene que hacer una exégesis, se tiene que sacar el sentido de lo que ellos dicen. Hay una exigencia de la exégesis, y esto es muy importante tenerlo en cuenta. Aunque hay otras maneras de estudiar, que también veremos, pero esta específica de la exégesis tiene unos requisitos, unas exigencias. Aquí no se puede escribir lo que uno piensa o lo que otros piensan. Por ejemplo, vamos a hacer la exégesis del aporte del apóstol Pablo; nos preguntamos si Dios le reveló algo, en quéépoca se movió, en qué circunstancias, a qué trató de responder. Así nos ubicamos en su historia para poder comprender mejor lo que él tenía que decir y en tal circunstancia escribió tal texto; cuáles textos son primeros, cuáles son medios, cuáles son finales. Hacemos un orden cronológico de sus textos para ver la evolución del pensamiento y del lenguaje del autor.

Si queremos saber lo que piensa Pablo, tenemos que dejar por el momento sólo a Pablo y no al tiempo tratar, por ejemplo, al apóstol Pedro. Después vamos a ver cuál es el aporte específico de Pedro, y cómo el de Pedro concuerda con el de Pablo; pero si queremos conocer el pensamiento de Pablo, que usó el Señor para revelarnos Su Palabra, entonces no podemos venir con ideas preconcebidas. Hacer una exégesis es llegar al texto y es leer el texto conforme Pablo; no se puede leer conforme a Santiago, conforme a Agustín, conforme a Lutero, conforme a Karol Wojtyla, sino a Pablo como a Pablo, para no hacerle decir a Pablo lo que tú dices o lo que otros dicen. Esa es una verdadera exégesis. A veces estamos estudiando, por ejemplo, determinada carta, pero sin darnos cuenta, proyectamos sobre la lectura un pensamiento nuestro o de otro que ya tenemos. En ese momento dejamos de ser científicos, verdaderos y exactos; en ese momento proyectamos un sentido, que puede ser teológico. La exégesis no necesariamente es teológica. Por ejemplo, leemos el poema del Mío Cid; de qué trata ese poema; el Mío Cid qué es. Entonces hay que leerlo con cuidado a ver qué es el tema de ese poema, pero tu no puedes meterle cosas por ejemplo de Don Quijote de la Mancha y el Cantar de Roldán y otros, no. Tienes que verlo en sí solo. Ahora, si después yo descubro que este texto tiene parientes, se pueden señalar estos parientes para explicar mejor el sentido de este pasaje, pero hay que tener en cuenta solamente lo que el autor dice.


De la teología de cada uno de los autores de la Biblia, se forma la teología de cada Testamento y luego se forma la Teología Bíblica. Esta Teología Bíblica, o sea, el pensamiento de Dios, se va destilando de exégesis en exégesis. Hay un mensaje claro en Isaías que dice que la Palabra de Dios les será mandamiento tras mandamiento, renglón tras renglón, un poquito aquí y otro poquito allá[3]. Si le pongo algo que no es del autor, en ese momento yo dejo de ser objetivo y honesto.

 
Exégesis del texto puro
Después de una crítica textual debo mirar de qué trata el tema, y tengo que dejar que el texto me diga lo que él está diciendo; debo llegar al texto puro, virgen, sin tener una simiente anticipada; no puedo traer algo distinto; debo dejar que el texto me llegue como Dios providenció, que llegue a nosotros así. Tenemos que procurar entender al autor, en su época, en su tiempo, y dejarle a él dar su mensaje y no nosotros pretender dar nuestro mensaje con una idea preconcebida, porque esto sería hacerle decir al autor lo que no dice. En un estudio de un texto realizado por algunos hermanos, estudiado a su vez por otras personas, observaron que de una de ellas, en su conclusión y conceptos eran propios de esa persona y no usaba las palabras del texto original del autor, y dijo cosas que no tenían base suficiente del propio texto. En esto tenemos que ser muy vigilantes; a veces no vemos lo que dice el texto, y a veces vemos más de lo que dice.
La primera exigencia es la objetividad, ser honesto en el corazón, no quererle hacer decir al autor lo que no dice, sino ir de corazón sincero a ver lo que quiere decir. Sólo así vamos a ser científicos, objetivos en el asunto. No colorear o distorsionar el texto por lo que uno quiere. Cuando uno descubre que quiere que el texto diga algo, en ese momento uno está abriendo puertas para un espíritu de error, uno está irrespetando al Espíritu Santo y está irrespetando al autor inspirado por el Espíritu Santo. Hay algunos que dicen que la palabra traductor está muy cerca de la palabra traditor, o sea, traidor. A veces no aceptamos que diga lo que dice y quisiéramos que dijera más bien así, y nos tomamos la libertad de darle la vueltita, ponerle el moñito, alargarle la patita o recortarla. Entonces ahí no vamos a saber lo que dice el texto, sino que vamos a saber lo que queremos nosotros que diga, o nuestro grupo, o nuestros maestros, pero no el texto mismo.


El primer requisito es, pues, dejarle hablar al texto, venir al texto con honestidad, dar lo que él dicta, así no concuerde con mis ideas preconcebi­das. A veces, la Biblia está rectita, pero nosotros estamos un poquito torcidos, ¿y sabe qué hacemos? Tratamos de torcer el texto hacia nuestra torcedura. Lo que debemos hacer es enderezarnos hacia lo que el texto diga, aunque venga a causar un revolcón en mis preconceptos; de esta forma vamos a tener un verdadero concepto del texto.

Entonces estamos estudiando a un autor y vamos a conocer el pensa­miento de ese autor; no tenemos que filtrarle los pensamientos de otro; claro que uno puede conocer los pensamientos de otro, pero uno debe estar vigilante. Si yo lo que quiero es conocer el pensamiento de Santiago, aunque haya leído a Pablo o a Lucas o a Pedro, debo leer sólo a Santiago para ver cuál es el pensamiento específico, imparcial que el Señor ha dado por Santiago, y ahí voy a conocer la teología de Santiago. Después viene la otra teología. Antes de la teología de Santiago debo conocer los pasajes, las palabras exactas, el significado exacto de las palabras, qué es justificación para este autor, qué es redención, qué es reino para este entorno; qué es el sentido de este autor, qué significado tiene para el autor esa palabra en ese momento; porque a veces, lo que era en determinado momento para él, luego puede sufrir algún cambio, porque ha madurado un poco en otro período, pues los apóstoles tienen también un lugar específico en determina­do momento.
Después, como resultado de la suma de la exégesis, de los versos, de los escritos, todo sintetizado, de los autores, y cuando hayamos visto el acuerdo de unos autores con otros, podemos ver la Teología de la Biblia, cuál es el pensamiento de la Biblia, qué es lo que la Biblia quiere decir. Pero antes de llegar a la Teología Bíblica se tiene que hacer una exégesis, palabra por palabra, frase por frase, a veces raíz por raíz, a veces un prefijo o un sufijo, a veces no somos cuidadosos en una conjugación en pasado o presente o futuro, porque puede haber mucha significación; a veces una S o falta de una S puede significar una división o una unión que es obligatoria. Si es posible en el idioma original, la exégesis requiere el conocimiento de los textos originales, acudir a las palabras originales. Para buscar precisión se necesita el texto original, según la crítica textual, porque la voz autoritativa del Espíritu Santo es lo que el texto dice; no se puede parafrasear.


A veces se puede hacer una paráfrasis cuando se tiene el sentido del texto original, pero sin traición, sin exageración, sin reducción, sin tergiversar el texto; hacer todo ya para el documento completo. Cada verso en sí mismo y en el contexto completo, y en el contexto del pasaje y del libro; sea un libro de Crónicas, o una carta o Proverbios, tenemos que verle el sentido en el pasaje y en el contexto inmediato (versos anteriores y posteriores al pasaje) y mediato (toda la epístola en la época y circunstancias del autor). Esto es una cosa científica, no sólo bíblica. Debo saber si es de ese autor o es mío o es de otro. También debo ver el juego de libros, si el autor tiene varios libros, y cuándo esos libros se complementan en algunos temas. Hay autores que el Espíritu Santo usó para dilucidar ciertos aspectos de la revelación divina, pero no lo hicieron en una misma época. Ejemplo en 1ª y 2ª de Tesalonicenses, se trata de distintos temas. Uno de ellos trata de la disciplina en la Iglesia. Si queremos saber sobre este tema, el aporte del Espíritu Santo, no podemos tener sólo 1 Corintios, o 2 Corintios, porque algo que se aplicó en la primera, se levantó en la segunda. Lo mismo sucede con las cartas a los Tesalonicenses; lo que fue enseñado en la primera se completó en la segunda. A veces son completados en un solo pasaje, pero hay revelaciones que requieren un período de tiempo y no podían aparecer en una sola carta. Por ejemplo, aplicar una disciplina y luego levantar esa disciplina, no podía aparecer en una misma carta. Así en 1 Corintios se aplica la disciplina y en la segunda se levanta, porque las dos cosas no se podían hacer al mismo tiempo; pero el autor es el mismo. Cuando se ven las dos cartas, tenemos la revelación del Espíritu acerca de la aplicación y del levantamiento de la disciplina en un autor. Se ve en qué tiempo se escribió una y en qué tiempo se escribió otra, para saber cuántos meses duró esa disciplina, para tener las cosas más o menos claras. Este es un ejemplo claro de una cosa específica.

Así cuando terminemos de estudiar la carta completa por sí sola a los Corintios, vemos cuál fue el aporte de Pablo en 1 Corintios; algo objetivo. Lo que Pablo trató aquí es esto, con esa modalidad de esa epístola. A veces no distinguimos los pasajes claves, los versos claves de un pasaje; a veces no entendemos cuál es la línea del pensamiento, de qué está hablando el autor, y nos quedan sólo frases sueltas, aisladas.
 

Cómo hacer la exégesis

Debemos aprender a hacer exégesis; la manera de hacerla es estudiando libro por libro, o con ayuda de alguien, o a veces todos juntos, y ver qué ve cada uno del libro, o a veces vemos que algunos tienen ideas preconcebidas o prefieren ideas fantásticas, luminosas, y son absurdas si ellos no están familiarizados con el Espíritu del Señor, o no tienen empatía o simpatía con el espíritu del autor; a veces no lo entienden; a veces no han tenido experiencia con el Señor y se ponen a hablar de una cosa u otra que no tiene nada que ver con el texto; pues no entienden.
Se debe preguntar así: ¿Era eso lo que quería decir el Señor? ¿Cuándo trató con el autor? Sólo se tiene una idea vaga de lo que dice el autor. Tenemos que ser objetivos, llegar al pensamiento, de qué trata esa carta en el fondo, cuál es el mensaje del Espíritu que tuvo que desglosarse en todo el libro, pero cuál es la esencia, qué era lo que quería producir el Señor. Eso es necesario para tener la exégesis de un versículo, luego de un pasaje, luego de una carta, y cuando tengo todo el material de un autor, voy a conocer el pensamiento de ese autor, y voy a saber en qué se diferencia Pablo de Juan, y cuál es la forma particular de él y la diferencia en cuanto a función y aporte.
Cuando he hecho esto por ejemplo con Tesalonicenses, tengo la exégesis propia de Tesalonicenses, el ambiente, las tradiciones del autor, y una cosa distinta es tomar de otras partes de la Biblia y hacerle decir al autor lo que él mismo no está diciendo, y a veces se llega con una idea preconcebida, y por más que se lea el texto, resulta aplicando otras ideas que no está leyendo. Debemos ser cuidadosos con lo que el texto dice; no decir ni más ni menos; de lo contrario, el diablo va a usar y colorear la Biblia, y no dejamos al Espíritu Santo dirigirnos.


Hagamos ese ejercicio y veamos si realmente estamos haciendo la exégesis del pasaje. A veces nos acordamos de otras cosas y nos ponemos a echar carreta, pero esta no es realmente una exégesis del pasaje que hemos leído. Hay que ir al objetivo, a lo efectivo, a lo correcto. Después que tenga toda la teología de ese autor y de todos ellos en su respectivo orden, lugar, cronológicamente, y ubicados en el contexto histórico en el cual se dio, aquí se puede tener la teología paulina, si el autor es Pablo, pero se debe estudiar en orden. Lo mismo hay que hacer con Pedro, sólo y únicamente si concuerdan por sí solos Pedro y Pablo, pero no porque yo los haga concordar. Los evangelios de Mateo y Marcos son dos maneras de contar un mismo hecho; no es una contradicción; sólo que cuando una cosa es contada por varios testigos, a veces parece que hay una contradicción, y esto es lo que de pronto presenta un abogado así; pero el juez escucha a todos y va a ver si hay una consistencia.

 
La Teología Bíblica
Así en los diferentes libros, a veces hay aparente discrepancia, de la cual se valen los incrédulos para ir en contr
 

 
 

Hoy habia 353627 visiteurs¡Aqui en esta página!

 

 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis