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DE LA TEOLOGÍA POLÍTICA[1]
La Iglesia y el Estado
Ahora vamos a abordar lo relativo a la Teología Política, aunque a algunos hermanos, posiblemente, no les resulte simpático. Pero de todas maneras está en medio del campo, y en determinados sectores tiene mucha actualidad; por lo tanto no conviene a la teología ignorarlo sino más bien estar al tanto; debemos saber que existe y también conocerla. Ya puede cada uno tener su propio criterio, pero es más responsable conocerla que ignorarla puesto que ha sido algo que se ha dado durante el transcurso de la historia de la Iglesia y que en determinados círculos teológicos está a la orden del día y en algunos medios está teniendo mucha influencia; así que los hermanos que tengan reparos en el asunto, por favor, pídanle al Señor que los ayude a ser objetivos para que no reaccionemos sentimentalmente sino correctamente. La razón por la cual existe esta rama o enfoque de la teología es porque no solamente Dios ha hablado lo relativo al cielo sino también cosas relativas a la tierra, a la administración de los bienes, a la administración de la cosa pública, la Palabra del Señor también ha hablado acerca del Estado.
Ciertamente que la Iglesia es la primera institución, puesto que es la que voluntariamente y por la gracia de Dios está en acuerdo con el gobierno de Dios, pero Dios no deja de gobernar sobre los no creyentes, Dios no deja de ejercer su gobierno sobre aquellas personas que no creen en Él (los ateos, etcétera); si ellos no creen en Dios eso no quiere decir que, entonces, Dios no gobierna sobre ellos. Dios gobierna sobre todas las criaturas. Entonces Él ha provisto al Estado sobre los que no creen en Dios.
La Palabra de Dios nos enseña que las autoridades son constituidas, establecidas por Él; y el estado también es una institución de parte de Dios, a través de la instrumentalidad humana; pero su origen es de parte de Dios para con el orden secular. Dios reina en nuestro espíritu, el de Sus hijos, y ese ámbito es la Iglesia; pero Dios también utiliza el Estado para reinar sobre los que no quieren creer en Él y los que simplemente no creen en Él. Entonces existe un orden establecido por Él, que es el Estado.
Obviamente que tiene que haber cierto tipo de relación entre la Iglesia y el Estado; y, digamos, esas fronteras, esas relaciones o interrelaciones tienen que ser claras; ya que fue Dios el que instituyó el Estado. ¿Qué relación, a la luz de la Palabra de Dios, hay entre la una y la otra? ¿Cuáles son los límites entre la Iglesia y el Estado? Porque durante el transcurso de la historia de la Iglesia, a veces por no tener claras estas cosas o por haberlas descuidado, el Estado se ha metido y aún se mete en la Iglesia más allá de lo conveniente; y a veces la iglesia se ha metido y aún se mete más allá de lo conveniente; entonces existe un cuestionamiento, principalmente al interior de la Iglesia, pero también como reacción de parte del Estado; el Estado se pregunta: Bueno, y ¿qué vamos a hacer con la Iglesia? o, como ellos dicen, con las iglesias o con los religiosos, los cultos, etcétera. Y también la Iglesia tiene que decir: Y ¿hasta dónde tiene parte el Estado? ¿Hasta dónde estamos sujetos al Estado?
Además de que la misión del hombre, como les decía desde el principio, no es solamente para el cielo, sino también aquí en la tierra; lógicamente que es la Iglesia la que tiene un sentido escatológico, no el Estado.
El Estado es mientras llega el reino del Señor en su forma definitiva, en su manifestación escatológica; pero mientras tanto es la voluntad de Dios que exista la Iglesia y exista el Estado y coexistan la Iglesia y el Estado y a la vez respetar la órbita de la jurisdicción del Estado. Así que, todas las cosas que existen en la naturaleza y en el orden social de una u otra manera tienen relación con Dios, no hay nada de la realidad que se esconda a su referencia con Dios. Todo desde algún punto de vista se refiere a Dios, tiene relación con Dios. Por lo tanto tiene que haber, tenía que haber un espacio dentro del contexto de la revelación divina para la Teología Política.
En la Biblia encontramos no solamente instrucciones de Dios para irnos al cielo, sino también, incluso, para organizar la administración pública. Tenemos datos de Dios; hay cierto margen de participación definitiva en la estructuración del Estado que permite la palabra del Señor; hay realmente cosas reveladas por Dios. Entonces la Teología Política se ocupa de ese ámbito, de la aplicación de la revelación divina a la administración de la cosa pública, al orden socioeconómico pasajero.
Migajas para el orden secular
Digamos que, como le dijo el Señor Jesús a la mujer sirofenicia[2] (ella quería que el Señor le sanara la hija, pero Jesús estaba obedeciendo un programa del Padre. El Padre había hecho una promesa y se había comprometido primero con Israel; entonces Jesús tenía que llegar primero a Israel; aunque Dios tenia previsto también, para los gentiles un tiempo de trato), cuando ella llegó pidiéndole a Jesús que actuara con ella como si ella estuviera en el programa de Dios en ese momento, entonces el Señor honrando al Padre, honrando la honra que Su Padre le había dado a Israel, a Su pueblo elegido, habló correctamente acerca de a quienes venía primero a darse. Entonces el Señor le dijo: “no está bien tomar el pan de los hijos y darlo a los perrillos”, pero la mujer le respondió que “también los perrillos comen las migajas que caen de la mesa de los hijos” . Entonces yo me atrevo a decir que todo lo relativo al plan de Dios de salvación y de realización del hombre y del reino de Dios equivale a la mesa de los hijos, pero de la mesa de los hijos caen algunas migajas para el orden secular.
No nos centramos en esas cosas, y hay peligro en centrarse en lo político desviándose de lo esencial que es lo trascendente y lo espiritual, pero también se da el otro extremo de pretender ser totalmente espirituales y negar este otro aspecto del ser humano que tiene que ver con nuestra calidad de seres humanos. Para sojuzgar la tierra estamos aquí, para administrar esta tierra y ser canales del reino de Dios en esta tierra; lógicamente que tendrá una culminación, pero el proceso no nos lo podemos saltar y ese proceso es aquí en la tierra y tiene que jugarse con determinadas reglas y en el examen de esas reglas aparece el campo de la Teología Política. Así que el cómo vivir la vida cristiana no es algo en el aire sino de aquí; y como aplicar los beneficios, digamos, subsidiarios, o por así decirlo, cómo dejar comer a este siglo las migajas del reino de los cielos. Porque el Señor Jesús habló de que el reino de los cielos era como una mujer que tomó unas medidas de fermento y las puso en la harina y fermentó la masa; y el Señor habló de que la Iglesia era como un candelero que no tenía que estar escondido sino alumbrar a los que estaban en casa; o sea que la Iglesia tiene que dar ejemplo al mundo y tiene que instruir al mundo y además tiene que reconocer el lugar del Estado y apoyarlo e instruirlo. Entonces nosotros no podemos hacerle el quite a estas responsabilidades de la Iglesia; y, como todas las cosas tienen indefectiblemente una relación con Dios, la investigación de las criaturas y la ciencia legítima tienen también una relación con Dios. No se puede hablar de ciencias a espaldas de Dios y tampoco se puede hablar de las cosas de Dios como si no fuera cosa de Dios el que los hombres entiendan Su Verbo y que sea posible entenderlo y que hasta Dios inspire al hombre a entenderlo, como dice la Escritura: “Dios le da al hombre la ciencia”.
Por tanto nosotros no podemos y no debemos partir al hombre y dejar solamente una parte espiritual y la otra como si no existiera; nosotros tenemos que ser integrales, tenemos que ser coherentes y tenemos que permitir que lo espiritual, la revelación de Dios, la Palabra de Dios vivida en nosotros, llegue también a poner en orden el medio en el cual vivimos; no sólo en el ámbito de la Iglesia, porque Dios nos hizo, además, ciudadanos responsables del trayecto que tenemos aquí en la tierra. Entonces una Iglesia que sólo piensa en irse al cielo, parece que no es la sal de la tierra, ni la luz del mundo, ni fermento para la masa. Ciertamente que Su reino no es de este mundo, pero al mundo somos enviados para alumbrar. Entonces existe la Iglesia y existe el mundo y la Iglesia está en el mundo, y tiene que ejercer una tarea en el mundo; y el estado existe sobre el mundo, también de parte de Dios; y la Iglesia tiene en la Biblia una revelación de parte de Dios, acerca de los derechos, funciones y límites del Estado. La Biblia dice que de Jerusalén saldría la Palabra del Señor para enseñar a muchas naciones; y dice que inclusive enseñaría a la Iglesia a que realmente viviera en esto; porque a veces parece que se han hecho mal las cosas por no haberse entendido bien. Dice: “Y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces”[3], y que eso acontecería desde Jerusalén. La Palabra del Señor saldrá desde Jerusalén e instruirá a muchas naciones hasta muy lejos, dice la profecía, y el Salmo 2 nos dice claramente que el Padre le dice al Hijo que le pida que le dé por herencia las naciones. Dice: “Pídeme, y te daré por herencia las naciones, y como posesión tuya los confines de la tierra”; y de hecho en la consumación vemos que dice la Palabra del Señor: “Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos”. Amén.
Recuento histórico
Si los hermanos están viendo estos aspectos, entonces podríamos hacer una especie de recuento histórico, como solemos hacerlo, con todos los enfoques que estamos viendo y tomar nota de algunas personas que han sido claves en estas consideraciones; que han sido cristianos y que han abordado con responsabilidad estos temas; vamos a mencionar sólo a algunos, no a todos, sino los que son de interés.
Vamos a empezar por algunos que son: Hugo Grocio, Francisco Victoria (muy famoso), que escribió varias obras sobre el derecho de guerra y de paz incluso con los indígenas de acá y muchas cosas más, claro que desde el punto de vista español, que era la potencia de la época y el aliado del Vaticano. Este Francisco Victoria incursionó en este campo meditando sobre estas cosas y esto lo hizo famoso.
Existen ya en nuestro siglo tres personajes que son considerados los representantes de la Teología Política, que son personas bastante serias y que han influido mucho en nuestro medio latinoamericano, sobre una corriente de la que todos hemos oído hablar, que es la llamada teología de la liberación, y que son: Panemberg, Juan Bautista Metz y Jurgen Moltman. Nosotros necesitamos conocer los antecedentes de estas cosas.
La Teología Política se dio principalmente en Europa de donde surgieron estos tres personajes; pero de los tres, Jürgen Moltman, es llamado “el teólogo de la esperanza”. Él habla mucho de la teología de la esperanza; incluso, hubo una época en que fue una moda dentro de la teología hablar de la teología de la esperanza; sin embargo estos tres teólogos son de mucha resonancia mundial y han encarado con mucha seriedad este asunto de las relaciones de la Iglesia con el Estado; especialmente en tiempos modernos, con sus responsabilidades en lo social actual y como parte de la intención redentiva de Dios. Dios quiere alcanzar el todo del hombre y quiere usar la Iglesia para redimir todo en todo; no solamente el espíritu y el alma sino todo. No estamos en ningún momento recomendando a estos tres personajes como infalibles; simplemente estamos diciendo que son personas de alto calibre, conocidas a nivel mundial dentro del campo específico de la Teología Política.
Estos tres se movieron principalmente en el ámbito europeo; y entonces algunos teólogos latinoamericanos comenzaron a hacer una Teología Política para un medio diferente; ya no para el medio europeo sino para nuestro medio latinoamericano; algunos comenzaron dentro del ámbito protestante y otros dentro del catolicismo.
Ahora vamos a mencionar algunos nombres y a algunos interlocutores de la corriente, ya que ha habido varias corrientes, lo cual representa un peligro, y por lo tanto necesitamos relacionarnos con estas cosas, conocerlas.
Dentro del medio protestante en el cristianismo, incluido el puritanismo, hubo hermanos que tuvieron que asumir este asunto. Dentro de los puritanos del siglo XVII (mil seiscientos sesenta y algo), hubo un hermano llamado John Liburne, que escribió una obra titulada “Legitima Defensa”porque tuvo que tratar de responder a las condiciones de persecución que se dieron contra el cristianismo, incluso, y de parte de la tiranía en las épocas de las guerras de religión en Europa; entonces en la época de la reforma algunos tomaron una posición totalmente pacifista, por ejemplo los menonitas, seguidores de Meno Simons, quien era un anabaptista y que promulgó el principio bíblico de la no resistencia, de la no violencia, el no juramento, el no participar en la guerra y optó por una separación total de la Iglesia y el Estado; dejando el Estado totalmente en manos de los incrédulos, y ellos quedaron viviendo en colonias separadas y de allí surgieron los famosos AMISH y muchas colonias menonitas; y hasta hoy en día existe esa corriente menonita dentro del protestantismo; ellos tomaron un punto de vista del no uso de las armas, del no uso de la violencia, la objeción al servicio militar, etcétera, que ya nombramos atrás, y que son cosas que están a la orden del día para ser examinadas constantemente; ellos son los que permanentemente están insistiendo en ello.
El grupo de los llamados a si mismos “Testigos de Jehová”, adoptó algunos de estos principios que antes que ellos ya habían adoptado los menonitas, e incluso, en forma no organizada, algunos otros antes. Pero también dentro de la corriente protestante, y dentro de los mismos quietistas, y dentro de los puritanos, hubo algunos hermanos que examinaron que en determinadas ocasiones había lugar para la legítima defensa, y entre ellos John Liburne, que ya habíamos mencionado antes, y quien plasmó sus consideraciones al respecto en su obra titulada “Legítima Defensa”, ya mencionada también.
Hubo después varios comentaristas, que estudiaron el asunto del movimiento zelote, que era una posición del pueblo de Israel bajo la tiranía de los romanos, cuando había diferentes escuelas de interpretación . ¿Qué haremos frente a esta situación? Porque hacer teología cuando todo está en paz es una cosa; pero hacerla cuando estamos debajo de la persecución y de las matanzas y de las masacres, es otra; entonces fueron forzados a tomar una posición más concreta. Una persona que no ha estado o no está en una situación difícil, pues, obviamente que pasa esto por alto, pero cuando tiene que tomar una decisión en medio de la tiranía y la persecución y la muerte, entonces la situación es más difícil; por eso surgió el protestantismo, que no solamente fue una reacción religiosa sino que el nombre de protestantismo viene de los príncipes que protestaron, que eran luteranos evangélicos y que se confederaron en la Liga de Esmalcalda, porque estaban siendo masacrados por el catolicismo; entonces ellos dijeron: No podemos permitir eso. Vamos a tener que defendernos y organizar un ejército y así organizaron la liga de Esmalcalda y protestaron contra la actitud del romanismo y del imperio “sagrado”, el “sacro imperio romano germánico” (ahora lo sacralizaron). Entonces ellos protestaron y a partir de allí fue que se les llamó protestantes, de allí el nombre de protestante.
Incluso después entre los mismos protestantes hubo persecuciones y hubo algunos que, incluso, tomaron posiciones más revolucionarias, como Tomas Munzer, quien es famoso en la historia de la reforma por haber organizado directamente a los campesinos, y dijo: ni el papado, ni la nobleza, ni los príncipes nos han ayudado; entonces nos toca a nosotros mismos organizarnos y vivir a nuestra propia manera, porque ya estamos cansados de vivir bajo el régimen del papa, de los obispos, de los marqueses, los duques, condes y príncipes, etcétera; y nosotros siempre somos los que pagamos todo; entonces vamos a organizar las cosas a nuestra manera. Incluso algunos que habían sido pacifistas cambiaron de parecer y tomaron las armas e hicieron un ejército revolucionario, tomándose una ciudad y eso fue un desastre; pero fue un punto de vista que hubo, dentro del cual el personaje clave fue este Tomas Munzer, y quien hoy en día, dentro de ciertas vertientes de la teología de la liberación, está siendo muy reconsiderado, especialmente por un marxista heterodoxo, Ernesto Bloch, a quien vamos a mencionar detalladamente más adelante y quien está tratando de unir, (y es donde está el peligro) las llamadas “utopías” cristiana y marxista. Después vamos a volver un poco más despacio a esto; por ahora estamos viendo este personaje de la época de la reforma y los del siglo siguiente que tuvieron que encarar esto por causa de las condiciones en que tenían que vivir.
Teología de la liberación
Ya entrado este siglo y con personas que recibieron una influencia de la teología política europea y quienes viendo que la situación europea era diferente de nuestra situación latinoamericana, entonces trataron de hacer una teología diferente, como ellos dicen, con una óptica distinta; con la óptica de los pobres. A veces se simplifica tanto algo que no es tan simple; pero bueno, ese es el lenguaje ahora.
Dentro del protestantismo surgió un personaje que se llamó Robert Shaull, quien propugnaba por una especie de teología de la revolución, éste con textos bíblicos trataba de ver cuá
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