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Pareja.-
Desde el comienzo de la palabra del Señor encontramos una pareja; esa pareja avanza a lo largo de toda la Biblia.
En el libro del Génesis encontramos a Dios y entramos al hombre; eso está simbolizado también en Adán y Eva. Adán, como se nos dice en la carta a los Romanos, el primer hombre, el primer Adán, es figura del que había de venir; o sea de Cristo y la nueva Eva, que como ella fue tomada del costado de Adán, y es figura de la Iglesia de Cristo. Entonces vemos ya desde el mismo principio, desde el comienzo del trabajo de Dios con el hombre, esa preciosa figura de una pareja. Dios quiere tener una pareja.
El Señor Jesús usó una parábola muy preciosa. El dijo: "Había un rey que quería hacerle bodas a su hijo…". Ese rey lógicamente que es Dios; y allí nos dice el Señor Jesús que es lo que quería Dios; dice: "un rey que quería hacerle bodas a su hijo". Hay algo que está en el corazón del Padre, y es Su Hijo; el Hijo está en el seno del Padre; el amor intenso del Padre es por Su Hijo; Dios ama profundamente al Hijo.
El Padre ama al Hijo y le ha entregado todas las cosas; entonces El ha querido hacerle bodas a Su Hijo; eso es lo que Dios ha querido; por eso en el principio aparece Adán y aparece Eva.
También vemos en los profetas como Dios, muchas veces, habla de ser el marido; y como muchas veces habla a Su pueblo de ser Su esposa. Israel habla de la Hija de Sion; y en el Nuevo Testamento vemos con mucha más claridad a Cristo como el esposo, y a la Iglesia como la esposa; eso es un encuentro mutuo; esa es una pareja que se complementa.
Dios quiere una creación en la cual El pueda ser expresado, en la cual halle satisfacción, y que esa creación halle satisfacción en El; entonces por eso es que vemos este rema de la pareja y de la edificación.
La palabra que utiliza el idioma hebreo para la hechura de Eva de la costilla, es la palabra edificación justamente; en la Palabra en hebreo dice que Dios le edificó de la costilla una compañera idónea. Esa palabra es muy importante; es una palabra que se repite en toda la Escritura, y que nos muestra a grandes rasgos qué es lo que Dios tiene en Su corazón.
Dios quiere casarse; Dios se ha revelado en Su Hijo Jesucristo; y Dios quiere que Su Hijo Jesucristo tenga la preeminencia; que Su Unigénito sea también primogénito, que tenga muchos hermanos semejantes a El, coherederos con El, que reinen con El, que lo expresen también a El, que estén en un acuerdo con El, que sean como una esposa para El; así como vemos en el Salmo 45 al rey, y vemos también a la reina a la diestra del rey. Vemos al heredero de toda plenitud, Cristo Jesús, el Hijo primogénito de Dios, y vemos también a la iglesia, su compañera, coherederos con El.
Este es un tema importante en la palabra del Señor.
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