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LOS PRIMEROS RUDIMENTOS
Teniendo, pues, en cuenta la Persona y la Obra de Cristo, comprendamos la razón de Su doctrina, la cual se nos presenta también con cierto orden, es decir, atendiendo a las prioridades y comenzando por los primeros rudimentos de las palabras de Dios, según el decir de la carta a los Hebreos (5:12). Recordemos que en la apartado V acerca de "La Doctrina" enumerábamos con Hebreos 6:1,2, aquellas cosas que constituían los rudimentos de la doctrina de Cristo; es decir, el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, la fe en Dios, la doctrina de bautismos, imposición de manos, resurrección de muertos y juicio eterno. Y efectivamente, si consideramos las citas de Mateo y Marcos donde se resume el comienzo del contenido de la predicación de Jesucristo cuando empezó a recorrer Galilea y los alrededores enseñando en las sinagogas, y poniendo el fundamento de Su enseñanza, veremos en las susodichas citas (Mt. 4:17; Mr. 1:14,15) que el contenido fundamental era arrepentimiento y fe, unidos a la expectativa escatológica del Reino.
De manera que realmente podemos deducir del resumen de Mateo y Marcos acerca del contenido de sus primeras enseñanzas, que lo enumerado en Hebreos 6:1,2 era realmente los primeros rudimentos de la doctrina de Cristo.
Jesús decía: "Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” (a vosotros) (Mt. 4:17). “El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio" (Mr. 1:15). Vemos, pues, que el arrepentimiento era ingrediente fundamental; y al decir: "creed en el evangelio", la fe en Dios lo era también. Y en cuanto a bautismos, imposición de manos, resurrección de muertos y juicio eterno, queda implicado en el resumen fraseado: "el reino de los cielos se ha acercado", pues resurrección y juicio están íntimamente relacionados al Reino; y bautismos también, en lo relativo a la entrada; la imposición de manos tiene que ver con la autoridad del Reino que se introduce y promociona.
Resulta, pues, conveniente comenzar cual Jesús, y de la manera que lo hicieron los apóstoles. Consideremos entonces un poco más detenidamente cada uno de estos "ingredientes", es decir, estos primeros rudimentos de las palabras de Dios, de la doctrina de Cristo; pues, aunque Hebreos 6:1,2 exhorta a la Iglesia a ir adelante a la perfección dejando ya los primeros rudimentos, se dirige, según el capítulo 5, verso12, a los que debían ser ya maestros; no obstante, en aquellos que apenas comienzan y de los que no debe esperarse ser aún maestros (1 Ti. 3:6), debe comenzarse atinadamente colocando el fundamento.
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