|
XIII
EL ÁNGEL DE YAHVEH
Podemos ver entonces no sólo al Padre cual Yahveh, sino también al Hijo, al Hijo cual Yahveh, con el Padre, con Yahveh. Leemos en Zacarías 2:8‑11: "8Porque así ha dicho Yahveh de los ejércitos (el Hijo): Tras la gloria me enviará él (el Padre) a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su (del Padre) ojo. 9Porque he aquí yo (el Hijo) alzo mi mano sobre ellos, y serán despojo a sus siervos (del Padre), y sabréis que Yahveh de los ejércitos (el Padre) me envió (al Hijo). 10Canta y alégrate, oh hija de Sion; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Yahveh (Dios). 11Y se unirán muchas naciones a Yahveh (Dios) en aquel día, y me (a Dios) serán por pueblo, y moraré (Dios) en medio de ti; y entonces conocerás que Yahveh de los ejércitos (el Padre) me ha enviado (al Hijo) a ti". Vemos a Yahveh que envía quien es Dios nuestro Padre, y a Yahveh enviado de Yahveh, el Verbo enviado del Padre. Se observa, pues, aquí al Hijo, en forma distintiva, también como Yahveh; distinción que no debe entenderse como de substancia esencial, pues Yahveh Díos Uno es, mas el Padre verdaderamente envía, y el Hijo verdaderamente es enviado, según la revelación escrita.
Un pasaje similar lo podemos leer en Isaías 48:15,16: "15Yo, yo hablé, y le llamé y le traje; por tanto, será prosperado su camino. 16Acercaos a mí, oíd esto: desde el principio no hablé en secreto; desde que eso se hizo, allí estaba yo; y ahora me envío Yahveh el Señor, y su Espíritu". El contexto del pasale en el capítulo nos muestra a Yahveh hablando, y he aquí que es enviado de Yahveh el Señor Y, aquí hay una conjunción Y, "y su Espíritu". Vemos, pues, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Esta secuencia no es escandalosa en la frase, pues fue claramente pronunciada por el mismo Señor Jesucristo; "Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo". Jesús usó esta frase con segura corrección y sin pedir a nadie disculpas. (Aquí no estamos hablando extensivamente del bautismo ni de fórmula bautismal, sino del uso de la frase: Padre, Hijo y Espíritu Santo, de parte de Jesús, en ese orden y con esa equiparación). Es clara entonces la Escritura cuando dice: "Y el Verbo era Dios".136
En el antiguo Testamento vemos a Yahveh en apariciones teofánicas, llamado también el Ángel de Yahveh, aunque Yahveh mismo. Uno de los pasajes de mayor claridad es el de la zarza ardiendo cuando Dios apareció a Moisés, pues evidentemente se trataba de Dios mismo al decir: "Yo soy el Dios de tu Padre, Dios de Abraham, Dios de lsacc, Dios de Jacob",137 mas en el verso 2 de Éxodo 3, en el pasaje claramente dice: "Y se le apareció el ángel de Yahveh en una llama de fuego en medio de una zarza".138 Dios mandó a Moisés a decir: "Yahveh, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció..." (3:16). Observamos entonces aquí la identidad del Ángel de Yahveh con Yahveh mismo, y diciendo: "Yo soy el que soy". Yahveh le había aparecido a Abraham, Isaac y Jacob, también a Agar a quien ella, en el Ángel de Yahveh, vio a Yahveh y le llamó: “Tú eres Dios que ve”.139
El Ángel de Dios se presentó a Jacob así: "Yo soy el Dios de Bet‑el", según Génesis 31:13. Jacob luchó en Peníel con un Varón,140 y dijo ver a Dios; igualmente se dijo de él haber luchado con Dios. El Ángel de Yahveh que apareció a Moisés como Díos en la zarza, fue el mismo que guió a Israel en el desierto, del cual dijo Dios: “Mi nombre está en él”. Era Yahveh en la columna de nube;142 y el Ángel de Yahveh que en Jueces 2:1‑5 dice haber introducido al pueblo en su tierra, y el cual habla de mi pacto con vosotros; es el mismo Ángel de Yahveh a quien Gedeón llama: Ah, Señor Yahveh, y Ángel de Yahveh.
En Zacarías 3 es también llamado el Ángel Yahveh; la partícula "de" no aparece en el original hebreo. En Jueces 13, Manoa, padre de Sansón se encuentra con este Ángel de Yahveh, y dice de Él: “Ciertamente moriremos porque a Dios hemos visto” (v.22). Éste es quien guió a Israel por el desierto,143 el cual, según el Nuevo Testamento, es definitivamente Cristo, el Verbo de Dios, como está escrito: “Porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo”.144
Tanto Isaías como Malaquías lo identifican como el Ángel de Su Faz y el Ángel del Pacto: "8Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que no mienten; y fue su Salvador. 9En toda angustia de ellos él fue angustiado, y el ángel de su faz los salvó...";145 y Malaquías profetiza: "He aquí, yo envío mi mensajero, el cual prepara el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros". El Verbo es, pues, la imagen del Dios invisible, el resplandor de Su gloria, el Ángel de Su faz, Ángel del pacto, Ángel Yahveh quien es Yahveh mismo enviado de Yahveh. “Salí del Padre, y he venido al mundo".147 "Han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste”.148
Reafirmamos entonces que este Ángel de Yahveh, que es Yahveh mismo, es el Verbo de Dios, cuyas salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad;149 y este Verbo de Díos que estaba con Dios y era Dios, se hizo carne llegando a ser Jesús el Cristo, quien es el Hijo del Dios viviente, Yahveh mismo cuya venida estaba profetizada, el Hijo del Padre, el unigénito Dios.
Mateo 28:19. 136Juan 1:1. 137Éxodo 3:6. 138Éxodo 3:2. 139Génesis 16:13. 140Génesis 32:22‑30.
Éxodo 23:20,21. 142Éxodo 13:21. 143Jueces 2:1. 1441 Corintios 10:4. 145Isaías 63:8,9.
Malaquías 3:1. 147Juan 16:28. 148Juan 17;8. 149Cfr. Miqueas 5:2.
|
|